Arqueólogos de la Universidad de Granada y del Centro de Estudios sobre el Toledo Islámico inician un estudio, impulsado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, sobre el patrimonio hidráulico del río Tajo en Toledo

El Laboratorio de Arqueología Biocultural de la Universidad de Granada (MEMOLab) y el Centro de Estudios sobre el Toledo Islámico, de la Fundación de Cultura Islámica (FUNCI), inician el proyecto Patrimonio hidráulico y paisaje en las riberas del Tajo. Toledo visto a través de su río (PaTo), gracias a la subvención de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha para la realización de proyectos de investigación del patrimonio arqueológico y paleontológico en la región.

El objetivo general de este proyecto, dirigido por el profesor José María Martín Civantos (UGR), es la obtención de información sobre los sistemas de gestión y manejo histórico del agua en el entorno de la ciudad de Toledo, a partir de la identificación de las estructuras hidráulicas asociadas a dichos sistemas. El área de estudio se centra particularmente en las áreas del curso fluvial situadas entre La Alberquilla y la Fábrica de Armas.

Vista de Toledo desde el paraje de la Huerta del Rey.

Para las comunidades humanas que han habitado la ciudad de Toledo a lo largo de la historia, la presencia del río Tajo ha sido determinante, dado que sus interacciones con el paisaje han estado marcadas por esta particularidad geográfica. Podría decirse, incluso, que, desde los primeros asentamientos documentados, por cuanto que su curso y su morfología definieron los espacios habitables y su percepción, tanto en la dimensión socioeconómica como en la más simbólica.

Desde la perspectiva de los estudios de cultura material, el río Tajo puede ser entendido como un agente histórico que, con sus características, ha ejercido su influencia en las sociedades pasadas. Los rasgos hidrográficos del río, como cualquier masa de agua, son variables dependiendo de la estacionalidad u otras condiciones climáticas —o antrópicas, como en el caso de su nivel de polución en épocas recientes—, y esa capacidad de acción (agency) debe entrar necesariamente en diálogo con las actividades humanas en una bidireccionalidad constante: el río es condicionante y condicionado. Así pues, con el fin de incorporarlo a su entramado social, estas poblaciones emplearon distintas estructuras cuya materialidad hoy —en mejor o peor estado de conservación— es posible rastrear.

Molinos de Saelices (izq.) y molinos del Hierro (dcha.). Fragmento de una foto estereoscópica de Jean Andrieu. Archivo Municipal de Toledo. Col. Luis Alba.

Los elementos hidráulicos que son el principal foco de interés en este proyecto se han situado en el curso y las márgenes del Tajo conformando para la investigación actual un continuum arqueológico tanto de eje horizontal —las estructuras se disponen a distintas alturas del cauce del río a su paso por la ciudad histórica— como vertical —la estratigrafía arquitectónica muestra las reutilizaciones de cada estructura según las necesidades de su contexto— y la finalidad de sus mecanismos parece considerablemente diversa cronotipológicamente —desde los molinos harineros y el artificio de Juanelo Turriano a las centrales hidroeléctricas—, de manera que río e ingeniería hidráulica definen, a su vez, el abanico de procesos sociales que, en diacronía, han podido llevarse a cabo mediante el aprovechamiento del agua.

La complejidad de esta red conformada por las comunidades humanas, sus técnicas y el río debe ser rigurosamente abarcada por la Arqueología del Paisaje con el objetivo de acercarse a una mayor comprensión de las implicaciones sociales que históricamente se han derivado de interactuar con el Tajo. En este sentido, los restos materiales pueden ayudar a discernir, entre otras cuestiones, quién promueve los proyectos hidráulicos, si su promoción supone el control de los recursos —y las consecuencias de estratificación social que esto conlleva—, qué actividades derivan de las estructuras y qué relación tienen con el espacio donde se realizan, o qué repercusión tiene en el paisaje el empeño de deslocalizar el agua como recurso.

Molinos de La Vieja y molinos del Daicán en la actualidad.

Los datos y las interpretaciones recopiladas a lo largo del proyecto pueden resultar de gran interés para entender cómo ha variado el nivel de implicación de la ciudad con el río puede ayudar a valorar la situación actual, de manera que la labor investigadora pueda apoyar a los agentes sociales que se esfuerzan en la correcta conservación del paisaje y sus elementos patrimoniales. Esperamos poder poner todos nuestros resultados a disposición de cualquier entidad interesada en este aspecto.

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